Arte Gótico
1.- Características generales de la arquitectura gótica.
2.- La ciudad: la catedral y los edificios civiles.
3.- La escultura: portadas y retablos.
4.- La pintura italiana del Trecento: Florencia y Siena.
5.- Los primitivos flamencos del siglo XV: los Van Eyck.
Introducción al arte gótico
Referentes históricos de la época del Gótico
En el siglo XII, feudalismo, religión y monarquía marcaron las pautas de una sociedad, que gracias al crecimiento demográfico y al perfeccionamiento de los métodos agrícolas y comerciales, inició un periodo de expansión con un claro objetivo unificador y universalista. Prueba de ello es, por ejemplo, el fenómeno de las cruzadas y las peregrinaciones. Este proceso de crecimiento y mejora culminó a lo largo del siglo XIII, periodo en el que la prosperidad económica y comercial posibilitó el auge de las ciudades, así como la aparición de una nueva clase social, la burguesía, cuyo poder vino precedido por el enriquecimiento. Este nuevo grupo social de influencia urbana facilitó que la primacía de la cultura, hasta entonces propiedad de monasterios rurales, pasara a manos de las escuelas catedralicias, episcopales y urbanas, pero sobre todo a las universidades. Estas últimas se convirtieron en centros esenciales de la enseñanza y de la actividad intelectual, artística y cultura, quedando muchas de ellas bajo la tutela de las llamadas órdenes mendicantes (franciscanos y dominicos).
La expansión económica de las centurias anteriores se vio bruscamente interrumpida, a mediados del siglo XIV, por lo que se conoce con el nombre de crisis de la Baja Edad Media. El hambre, las guerras y las epidemias (peste negra en 1348) marcaron el descalabro demográfico y económico de las ciudades europeas. Este cambio afectó también al fenómeno religioso, el cual vio como su vertiente espiritual e intangible era sustituida por una religión más sentimental y humana, con un claro reflejo en la creación artística y pictórica.
Paralelamente, se inició una nueva corriente de pensamiento: el Humanismo, que dio lugar a una visión del mundo basada, ante todo, en la experiencia individual del ser humano y en la reflexión crítica, pilares o antecedentes de la floreciente época renacentista.
Localización y evolución artística en el Gótico
Teniendo como génesis la Isla de Francia (París y sus alrededores), el arte gótico se extendió por la Europa occidental siendo asimilado y adaptado en grados variables por cada país. Aunque en líneas generales el arte gótico queda fijado entre mediados del siglo XII y las primeras décadas del siglo XVI, es preciso señalar que en Italia, a principios del siglo XV, el Gótico fue sustituido por el Renacimiento, mientras que en Inglaterra, España y Portugal la tradición gótica continuó a lo largo del siglo XV y durante los primeros años del siglo XVI. Generalmente los historiadores dividen la evolución cronológica de la arquitectura gótica en tres grandes periodos:
a) Periodo inicial (segunda mitad del siglo XII-siglo XIII), en el que, partiendo de modelos románicos, se registran los avances hacia una configuración de las nuevas formas góticas.
b) Periodo clásico o gótico pleno (siglos XIII y XIV), considerada la etapa clásica y de expansión de dichas formas.
c) Periodo final o flamígero (siglo XV e inicios XVI), en el que se pierde la armonía formal de la etapa anterior, sustituyéndola por una exuberancia ornamental.
Características generales del arte gótico
El término gótico fue acuñado a mediados del siglo XVI por los artistas renacentistas. Éstos, en sentido peyorativo, utilizaban dicha palabra para referirse al tipo de arquitectura medieval, que condenaban y atacan por parecerles “bárbara” e inferior, al entender, erróneamente, que se trataba del arte inventado por las tribus godas, artífices de la destrucción y el olvido de la cultura y el arte clásico del Imperio romano.
Esta idea de superioridad del Renacimiento permaneció vigente durante siglos, provocando el desprecio del arte medieval hasta la llegada del romanticismo germánico en el siglo XIX, cuando se reivindicó la tradición gótica como parte importante de la cultura nacional y europea. Fue entonces cuando se definió el “estilo gótico”, que no sólo servía para referenciar a la arquitectura, sino también al resto de artes de la época.
Aún así, el arte gótico, desarrollado fundamentalmente en el ámbito urbano, tuvo en la arquitectura su principal expresión artística. Entre los numerosos edificios que se crearon para cubrir las nuevas necesidades de las ciudades, fueron sin duda las catedrales las construcciones más importantes, convirtiéndose en el motivo principal de orgullo de cualquier ciudad. En el sentido ascensional de sus formas y la intensa luminosidad del interior pretendía recrear el espacio ideal para acercarse a un Dios más humanizado.
Esta proximidad entre Dios y los hombres también se acentuó en el terreno escultórico y pictórico, dos artes eminentemente subordinadas a la arquitectura. En ellas se mantiene la preeminencia de la temática religiosa, aunque se representa mediante suaves trazos que definen unas figuras y unas escenas, por lo general, mucho más naturalistas y menos distantes que las del periodo románico. Además, como resultado del surgimiento de la burguesía como nuevo consumidor artístico, empiezan a aparecer obras de arte con temáticas profanas.
1.- Características generales de la arquitectura gótica.
Principales elementos arquitectónicos
La catedral se convirtió en el edificio paradigmático de la arquitectura gótica y el modelo francés fue su expresión más típica. La nueva espiritualidad religiosa de la época y las innovaciones técnicas y constructivas permitieron levantar edificios más altos y luminosos. Los elementos que hicieron posible este cambio fueron fundamentalmente el arco apuntado u ojival, más ligero que el de medio punto, y la bóveda de crucería, resultante del cruce de dos arcos ojivales, cuya estructura permitía descargar el peso directamente sobre columnas y pilares, liberando al muro de su función de soporte.
Gracias a esos dos elementos, los arquitectos tuvieron la posibilidad de abrir grandes ventanales, que después serían ricamente decorados por vidrieras de colores. La mayor altura y amplitud de las naves, así como también el aligeramiento de los muros, obligó a los arquitectos a reforzar exteriormente la estructura. Ello se logró mediante un complejo sistema de arbotantes y contrafuertes que contrarrestaban el peso de las bóvedas interiores.
En planta la catedral gótica presenta una organización muy característica:
· Tres o cinto naves longitudinales, siendo la central habitualmente de mayor altura y anchura que las laterales.
· Cabecera con un transepto más corto que en la arquitectura románica.
· El deambulatorio o girola rodeada de capillas radiales, adquiere un gran protagonismo.
El alzado interior se divide en tres niveles: las arcadas que conducen a las naves laterales, el triforio (pasadizo de estrechas arquerías que sustituye a la tribuna románica), y el claristorio, cuerpo superior con ventanas.
En el exterior, el elemento más destacado es la fachada occidental. Flaqueada por dos altas torres, en su estructura generalmente se pueden distinguir varias franjas horizontales superpuestas. Abajo, y correspondiéndose con el número de las naves interiores, se encuentran las portadas, con una rica decoración escultórica. Sobre ellas, y no siempre en el mismo orden, acostumbran a aparecer un cuerpo de arcadas, un gran rosetón y un triforio con esculturas. Esta estructura, además, se repite en las fachadas del transepto.
Otros elementos destacados del exterior son la cubierta a dos aguas que cubre las bóvedas interiores y el cimborrio, que en ocasiones corona el crucero. Además, otros elementos arquitectónicos que se pueden ver son las agujas y pináculos de forma piramidal o cónica, que rematan las cimas de las torres, y los gabletes o remates en punta a modo de frontón son utilizados para acentuar la verticalidad de la construcción.
2.- La ciudad: la catedral y los edificios civiles.
La estructura socio-económica del Románico fue rural y feudal; la del gótico, urbana y burguesa. A partir de 1150, el mayor rendimiento del trabajo agrícola impulsó el crecimiento demográfico y liberó una importante mano de obra, que se dirigió a las ciudades. Para atender a estas masas nacieron las órdenes mendicantes, como los franciscanos y dominicos; sus miembros nutrían también los claustros universitarios (por ejemplo, Santo Tomás de Aquino era dominico).
La urbanización prosperó en toda Europa y alumbró una nueva clase social: la burguesía, que se enrique con el comercio, la artesanía y la banca, suministrando a la monarquía una notable fuente de ingresos. Simultáneamente, los obispos recobran la supremacía eclesiástica sobre los abades, y el centro de la autoridad religiosa bascula desde el monasterio de monjes en el campo a la catedral gobernada por el cuerpo de canónigos en la ciudad. Los reyes consolidaban su autoridad en las ciudades y reducían la fuerza de la nobleza, encastillada en sus dominios agrarios.
Expresión artística de la nueva civilización urbana va a ser la catedral y el círculo de edificios públicos y privados que la rodean: la universidad, la lonja, el ayuntamiento y el palacio.
La catedral
La catedral es la iglesia mayor diocesana; en ella se asienta la cátedra del obispo, desde donde preside el culto e imparte su enseñanza a los fieles. Además, durante la Baja Edad Media, este edificio solemne testimonia la gloria del prelado que la mandó construir, exalta la alianza entre el clero y la monarquía, y revela el orgullo de la burguesía. Prueba de ello es que la catedral no sólo fue una casa de oración, sino que se convirtió también en el marco adecuado para celebrar los fastos reales (coronaciones, bautizos, bodas y funerales) y las reuniones civiles de las corporaciones gremiales. Mientras tanto, el pueblo llano rezaba y se divertía en su interior con el teatro litúrgico que en las festividades de la Navidad y de la Semana Santa se representaban en sus naves.
El gótico francés
Hacia la segunda mitad del siglo XII, en el norte de Francia, empiezan a surgir las primeras catedrales góticas, en las que se creó el modelo llamado gótico septentrional o francés, que daba gran importancia al a verticalidad del edificio y la luminosidad del interior. Las catedrales de Notre-Dame de París, de Chartres, de Reims y de Amiens, son los principales ejemplos de este nuevo estilo arquitectónico. De la arquitectura francesa destacamos:
· Catedral de París. Se inició su construcción en 1163, terminándose en el siglo XIII. Notre Dame de París es uno de los prototipos gótico más conocidos. Posee cinco naves, girola y crucero. La fachada presenta un triple pórtico, friso con estatuas, rosetón, ventanas y dos torres sin concluir.
· Catedral de Chartres: Construida rápidamente entre 1195 y 1220 (es decir, a principios del siglo XIII). Tiene la planta típica de las catedrales góticas, con una cabecera muy desarrollada. Tiene tres naves en la zona de los pies y el crucero, que aumentan a cinco en la parte de la cabecera. El transepto está situado justo en el centro del eje longitudinal. Tiene doble girola con capillas radiales adosadas. El interior se cubre con bóvedas de crucería. Los nervios de las bóvedas, convertidos en baquetones, bajan adosados al muro hasta llegar a los pilares compuestos. Estas líneas que recorren los muros ayudan a aumentar la sensación de verticalidad del templo, favorecida por la gran altura de la nave central. Las naves se separan mediante arcos apuntados. Sobre ellos aparece el triforio, formado por tramos de cuatro arcos, y en el nivel superior, las ventanas. A su vez, las ventanas tienen unas magníficas vidrieras que recogen temas bíblicos. En el exterior, los empujes de las bóvedas son recogidos por arbotantes que se apoyan sobre contrafuertes. En la fachada principal, con triple acceso, hay un gran rosetón y dos torres de agujas. Estas torres son de diferentes períodos, la de la derecha está terminada en estilo románico, mientras que la de la izquierda pertenece al estilo gótico flamígero (el último periodo gótico), y fue construida ya en el siglo XVI. En la portada se encuentran las esculturas del conocido Pórtico Real. La catedral de Chartres es uno de los mejores ejemplos del Gótico francés, ya que al construirse en muy poco tiempo conserva una unidad estilística poco común en las catedrales.
· Catedral de Reims: Se comenzó a construir en 1211 (principios siglo XIII). Se distingue por sus torres laterales inacabadas y por poseer un gran rosetón en la fachada, además de otro más pequeño sobre el dintel de la puerta principal. Esto le otorga una gran luminosidad en el interior.
· Catedral de Amiens: Se comenzó a construir en 1220 (primer tercio siglo XIII). Con torres laterales inacabadas y un solo rosetón. En su portada se encuentra la escultura del “Bello Dios”, un ejemplo de la humanización de la escultura gótica.
· Santa Capilla o Sainte Chapelle (París). Edificada para albergar una reliquia de la corona de espinas traída desde Constantinopla. Es de mediados del siglo XIII. Consta de dos niveles formados por dos capillas superpuestas. La Santa Capilla constituye el paradigma de la arquitectura gótica, ya que la mayor parte de los muros son translúcidos dado que la piedra ha sido sustituida por vidrieras de colores.
La arquitectura gótica en España
En España hay que diferenciar claramente la Corona de Castilla y la Corona de Aragón. Mientras que en la primera las formas del Gótico francés se absorben rápidamente, en los reinos de la Corona de Aragón se desarrolla una arquitectura más cercana a las formas del Gótico mediterráneo (el propio de Italia y el sur de Francia).
Corona de Castilla
Durante el siglo XIII es en Castilla donde encontramos mayor número de catedrales. En 1221 se inician las obras de la catedral de Burgos, unos años más tarde las de la catedral de Toledo y a mediados del siglo las de la catedral de León. Todas siguen el Gótico clásico francés, de hecho intervienen maestros franceses en su construcción. En el siglo XV el Gótico flamígero (la última etapa del Gótico) aporta obras como la catedral de Sevilla.
Corona de Aragón
La Corona de Aragón siguió pautas diferentes a las de Castilla. La arquitectura de su zona de influencia se caracterizó por:
· La ausencia de elementos decorativos en los muros.
· La poca superficie ocupada por los ventanales.
· La construcción de capillas entre contrafuertes.
· La escasa diferencia de altura entre las naves para conseguir crear un espacio unitario.
En el siglo XIV se construyeron la catedral de Barcelona, la iglesia de Santa María del Mar (también en Barcelona), la catedral de Girona y la de Palma de Mallorca.
Ya en el siglo XV destacan edificios civiles como la lonja de Valencia y la lonja de Palma. Estas lonjas constituyen los mejores ejemplos de gótico civil en nuestro país. Más allá de nuestras fronteras como otro ejemplo de gótico civil destacamos el Ayuntamiento de Bruselas (siglo XV).
3.- La escultura: portadas y retablos.
El naturalismo es el rasgo más característico de la escultura gótica y que más la diferencia de la románica. Al contrario que en la escultura románica, de carácter simbólico, ahora en el gótico se intenta crear la sensación de realidad tanto en las formas como en los sentimientos de los personajes, que se relacionan entre ellos y abandonan el hieratismo.
La escultura gótica sigue supeditada a la arquitectura, aunque con el tiempo aparece separada e independiente del muro, llegando a ser casi exenta. Las portadas monumentales de las catedrales concentran la mayoría de las obras. Las figuras que aparecen en las arquivoltas cambian de dirección: durante el Románico se disponían en sentido radial, ahora se colocan siguiendo la misma dirección del arco.
Además de las fachadas empiezan a esculpirse retablos, púlpitos, sepulcros y sillerías de coros; todos estos liberados del marco arquitectónico.
A los temas de tradición románica, como el Pantócrator o el Juicio Final, se unen otros relacionadas con la humanización de la divinidad. Mientras en la anterior época se trataba de difundir temor a través de un Dios terrible e implacable en su justicia, ahora se intenta atraer al fiel un Dios amable. Para conseguirlo toman gran protagonismo escenas que narran la vida la Virgen y los santos. Las representaciones de la Virgen con el Niño adquieren vida y alegría. Las figuras se comunican entre sí, se sonríen e incluso se tocan, dejando atrás el tema de la Virgen como mero trono de Dios.
De las obras de escultura gótica destacamos, en Francia:
· El Pórtico Real de la catedral de Chartres, de 1155 (mediados del siglo XII), con un cortejo de reyes y reinas del Antiguo Testamento, concebidos como estatuas-columna que ocultan las jambas.
· El Bello Dios del parteluz de la portada de la catedral de Amiens, ejemplo de humanización de Cristo (1230, primer tercio siglo XIII).
· La portada de la catedral de Reims (segunda mitad del siglo XIII), con su ángel sonriente, nuevo ejemplo de humanización en la escultura gótica.
En Italia:
· El púlpito del baptisterio de Pisa (mediados del siglo XIII), un nuevo modelo de púlpito, de planta hexagonal, con relieves con escenas de la vida de Cristo.
En España:
· La portada del Sarmental de la catedral de Burgos (mediados del siglo XIII), con la representación de un tema sobre el Pantócrator, rodeado de los cuatro evangelistas del tetramorfos, con los apóstoles en el dintel; siendo esta portada una de las primeras góticas de España, introduciendo las características de humanización y naturalismo propias del periodo.
· La Virgen Blanca (finales del siglo XIII), de alabastro policromado, en la catedral de Toledo, sosteniendo al niño y sonriendo, nuevamente con naturalismo.
El retablo
Los retablos tienen una función didáctica a la vez que decoran la capilla principal de iglesias y catedrales. Se conciben como portadas interiores, confeccionadas con madera policromada. Tuvieron un gran desarrollo en Italia, Flandes y España. Como ejemplo de retablo español gótico encontramos el retablo de Santa María de la Sede en la catedral de Sevilla (siglos XV y XVI), de madera policromada, de grandes dimensiones, con multitud de esculturas y gran riqueza.
4. La pintura italiana del Trecento: Florencia y Siena
Introducción a la pintura gótica
Las principales características de la pintura gótica coinciden con las de la escultura: la búsqueda del naturalismo, las proporciones naturales, la expresividad facial y gestual de las figuras, la estilización de las figuras, la humanización de la divinidad, la aparición de cierto movimiento, etc. Además, en el gótico se desarrolla la pintura sobre tabla frente a la pintura mural. Esto es debido a que gran parte de los muros de las iglesias y de las catedrales góticas ya no pueden albergar pinturas murales porque están ocupados por vidrieras o retablos. De esta forma el arte pictórico se traslada a la tabla de madera, soporte totalmente exento.
En la pintura de la época destacamos la doble corriente que se genera en la Italia del Trecento y en los Países Bajos durante el siglo XIV, así como la repercusión de estas tendencias en España. En Italia, en los primeros años del siglo XIV, la actividad pictórica se acelera y aparecen en Toscana las dos escuelas de pintura que constituyen el antecedente directo del Renacimiento, la florentina y la sienesa.
La escuela de Florencia
La escuela de Florencia se define por el intento de crear la sensación de tridimensionalidad, a través de la perspectiva, el color y el volumen. Su mayor representante es Giotto (1270-1337), considerado el iniciador de la pintura moderna. En la pintura de Giotto ya no vamos a encontrar representaciones simbólicas como en el Románico, o los estilos de la pintura bizantina, sino una aproximación a la realidad basada en la observación naturalista. Ejemplos de la pintura de Giotto son sus Historias Franciscanas de la Basílica de Asís (como por ejemplo San Francisco predicando a los pájaros) y los frescos de la capilla funeraria de Enrico Scrovegni.
Escuela de Siena
La Escuela de Siena se caracteriza por la fusión de la influencia francesa como la bizantina. La Anunciación de Simone Martini ( 1284-1344) es uno de sus máximos exponentes. En ella sobre un fondo neutro dorado se sitúan los personajes en un mismo plano. Igualmente importante es el Retrato ecuestre del condotiero Guidoriccio da Fogliano, un fresco donde aparece al fondo un gran paisaje.
5.- Los primitivos flamencos del siglo XV: los Van Eyck.
En el siglo XV se desarrolló en Flandes un tipo de pintura relacionada directamente con el auge de la burguesía comerciante. Los burgueses se convirtieron en nuevos clientes que demandaban obras cuya temática principal era el retrato. Se alcanzó un extraordinario realismo al representar los más mínimos detalles. Esta minuciosidad fue posible gracias al uso de la pintura al óleo.
Destacan entre estos pintores, llamados “los primitivos flamencos”: Huberto y Juan van Eyck (primera mitad siglo XV), Roger van der Weyden (mediados s. XV) y Joeroen van Aken, El Bosco (segunda mitad del s. XV, principios del s. XVI). Todos estos incorporan las características básicas de este periodo: preferencia por la observación concreta del hombre y la naturaleza; uso de la perspectiva y el sombreado, que otorgan cierto efecto tridimensional; descripción de objetos cotidianos; y uso de la técnica revolucionaria del óleo sobre tabla.
La obra esencial de los hermanos Huberto y Juan van Eyck es el Políptico del Cordero Místico. Y realizadas en solitario por Juan van Eyck: El matrimonio Arnolfini, La virgen del canónigo van der Paele y La virgen del Canciller Rolin.
La obra de referencia de Roger van der Weyden es el Descendimiento de Cristo, de gran colorido y minucioso detallismo. De El Bosco destacamos El Jardín de las Delicias (de principios del siglo XVI), un tríptico de óleo sobre tabla que resume una filosofía moralizante, con una gran técnica miniaturista y lleno de lenguaje simbólico y fantasías oníricas; una obra que ejerció una importante influencia en los surrealistas del siglo XX.