Arte de Al-Andalus

Arte musulmán de Al-Andalus

Epígrafes del tema (preguntas de desarrollo):

1.       Arte e Islam.
2.       Arquitectura. Arte califal: la mezquita de Córdoba, arquitectura y decoración. La ciudad palatina de Medina Azahra.
3.       Arte almohade. El arte nazarí: la Alhambra y el Generalife.


1.- Arte e Islam

1.1.- Referentes históricos

Los primeros árabes era politeístas y adoraban una serie de piedras sagradas, como la Kaaba o Piedra Negra, un meteorito conservado en el Santuario de la Meca, que perteneció a la tribu de la que formaba parte Mahoma (571-632). Siendo caravanero, y en la ruta de la Meca a Jerusalén, Mahoma, convencido de ser un profeta de Alláh, decidió fundar una nueva religión, también monoteísta como el cristianismo, y revelada por el arcángel San Gabriel, que se le aparecía en sus meditaciones en el monte Hira. Sus discípulos recogieron sus enseñanzas en el Corán, que significa “recitación”.

Perseguido por los que consideraban que era un impostor, huyó de la Meca a Medina en el año 622, en la llamada Hégira (huida). Tras la muerte de Mahoma, sus sucesores se expandieron por toda Arabia y el Norte de África, estableciendo la capital en Damasco.

A principios del siglo VIII, tras la muerte del rey Vitiza, el reino visigodo con capital en Toledo quedó dividido en dos mitades: la ocupada por los partidarios de Akhila y la de los partidarios de Rodrigo. El primero pidió ayuda a los musulmanes, que desembarcaron en Gibraltar en el 711 bajo las órdenes del bereber Tarik, quien venció a Rodrigo en la batalla del Guadalete. Se inicia así la llegada de los musulmanes que, en tan sólo 7 años, dominaron la península Ibérica, a excepción de las zonas montañosas de Cantabria y los Pirineos. La presencia musulmana duró ocho siglos, hasta que en el año 1492 los Reyes Católicos ocuparon Granada.

Durante todo este periodo, Al-Andalus, nombre con el que se conoce la península durante la dominación musulmana, se islamiza y adopta las costumbres musulmanas. En el terreno cultural, el pueblo árabe aporta avances en todos los campos de la ciencia: astronomía, medicina, matemáticas, geografía, historia, biología, ingeniería, etc., y funda las primeras “universidades” en las mezquitas.

Paralelamente, a partir de los primeros años de llegada del Islam, en las montañas asturianas se inicia la llamada “Reconquista” cristiana, formándose poco a poco los cinco Reinos cristianos de Castilla, León, Navarra, Aragón y Portugal. Durante la Reconquista de la península Ibérica, en todos los reinos cristianos se desarrollan el arte románico y el gótico, aunque la profunda huella musulmana queda plasmada en el llamado arte mudéjar, aparecido en los territorios que los cristianos van conquistando, y se desarrolla en paralelo con el arte románico y el gótico.

1.2.- Localización y evolución artística

Los dominios geográficos del arte islámico se extienden por Oriente Próximo, por una gran parte de Asia, por el norte de África y por la península Ibérica. Cronológicamente, el arte islámico abarca, de manera global, desde el nacimiento de la religión islámica (siglo VII) hasta la actualidad.

No obstante, en el ámbito concreto de la península ibérica, el arte islámico comprende la época de dominio musulmán entre el año 711 y el 1492, y más concretamente a partir del 755, año en el que el Emirato de Córdoba se independiza de Damasco. A partir de aquí se pueden diferenciar tres etapas artísticas:


  1. La época omeya y califal (755-1030)
  2. La época almohade (1153-1212)
  3. La época nazarí (1238-1492)


1.3.- Características generales del arte islámico

1.3.1.- Influencias artísticas

Los árabes eran nómadas en su mayoría y no tenían una tradición arquitectónica propia. Por ello, el arte musulmán recogió el sustrato artístico y constructivo de las civilizaciones precedentes.

La arquitectura islámica empezó asumiendo como propias algunas características constructivas del arte romano, como el uso de columnas, el arco de medio punto y las dovelas bicolores. El arte bizantino también influyó en la utilización de bóvedas y cúpulas para cubrir los edificios y del Próximo Oriente adoptó el arco apuntado y el arco lobulado. Además, también tomaron el arco de herradura del arte visigodo.

1.3.2.- Influencia religiosa

El arte musulmán está muy ligado a la religión y se caracteriza por la prioridad absoluta de la arquitectura sobre cualquier otro arte plástico.

Así, tanto la escultura, casi inexistente, como la pintura o el mosaico, fueron siempre artes aplicadas al terreno ornamental, recubriendo con ricas decoraciones abstractas todas las superficies. En esta decoración artística cabe diferenciar cuatro tipos básicos de ornamentación:

a)      La geométrica, llamada también de lacería.
b)      La vegetal o de ataurique, formada por pequeñas hojas que pueden ser simples o dobles.
c)       La arabesca, motivo de decoración que enlaza figuras vegetales y líneas geométricas.
d)      La caligráfica, formada por textos religiosos.

En el ámbito decorativo, también son característicos los mocárabes, prismas colocados en posición vertical, que cuelgan del techo, como si fueran estalactitas que embellecen numerosas cúpulas y bóvedas. Como elementos ornamentales también se utilizan los azulejos, baldosas de cerámica de múltiples formas y tamaños, decoradas y barnizadas.

1.4.-Evolución del arte hispanomusulmán

En la época omeya (siglos VIII-IX) el arte hispanomusulmán evolucionó bajo la influencia de los estilos artísticos anteriores y culminó en la etapa califal (s. X), con soluciones técnico-artísticas muy bellas y complejas como las arquerías (conjuntos de arcos) de la Mezquita de Córdoba.

Posteriormente, en el periodo almohade, el arte hispanomusulmán impulsó una arquitectura más austera y sobria que potenciaba la estructura arquitectónica, pero que no descuidaba la decoración ornamental en el uso de por ejemplo los paneles de sebka de la Giralda.

En la última etapa, época nazarí, se definió un lenguaje artístico propio excepcional, caracterizado por una gran riqueza decorativa en el interior de los edificios, que disimulaba la pobreza de los materiales utilizados en la construcción, como puede observarse en la Alhambra.


2.- Arquitectura. Arte califal: la mezquita de Córdoba, arquitectura y decoración. La ciudad palatina de Medina Azahra.

2.1.- Introducción

Los musulmanes se establecieron en la península Ibérica a partir del año 711. De esta manera surgió un periodo de esplendor en el arte musulmán que tuvo su época de mayor exquisitez y refinamiento con el Califato (929-1031). A este momento corresponden algunos de los edificios públicos más importantes y célebres de la arquitectura musulmana, destacando la ciudad de Córdoba, capital del Califato.

La arquitectura resaltó especialmente frente a la escultura y la pintura, que tuvieron escaso desarrollo. Sus características principales son:

·         La utilización preferente del ladrillo frente a la piedra.
·         El uso de columnas delgadas con distintos tipos de capiteles: corintios estilizados, cúbicos, de nido de avispa
·         La variedad de arcos usados: lobulados, polilobulados, cruzados, de mocárabes, de herradura apuntado, de herradura… Este último fue el más utilizado, teniendo como característica principal la alternancia de los colores rojo y blanco en sus dovelas.
·         La importancia de la decoración. Se utilizaron el yeso, la cerámica de colores y la pintura para embellecer los edificios. Los temas decorativos se realizan a base de motivos geométricos (decoración de lacería) y vegetales (decoración de ataurique), ya que la representación de las figuras humanas estaba prohibida por la religión. También se realizaban inscripciones a través de la decoración epigráfica
·         El uso para cubrir los edificios tanto de la madera como de las estructuras abovedadas (gallonada, de mocárabes…), que tuvo gran influencia posterior en el desarrollo de la arquitectura cristiana.

2.2.- La mezquita de Córdoba, arquitectura y decoración

El edificio más importante del Califato es la mezquita de Córdoba. Su configuración actual es producto de cuatro ampliaciones realizadas entre los siglos VIII y X. Ninguno de los añadidos perjudica la unidad del conjunto. El crecimiento demográfico y la necesidad de proveer de un oratorio a los fieles explican las sucesivas ampliaciones del edificio.

La primera mezquita se levantó sobre los restos de la antigua iglesia de San Vicente en tiempos de Abd al-Rahman I (a finales del siglo VIII, entre los años 786 y 788).  Tenía planta cuadrada, dividida en dos partes diferenciadas (mitad patio, mitad sala de oraciones). La sala de oraciones constaba de once naves y tenía la quibla (muro hacia el que se orienta el rezo) hacia el sur, lo que es característico de las mezquitas hispanomusulmanas, ya que para mirar a La Meca desde Al-Andalus primero había que hacerlo hacia el sur.

Las columnas tenían capiteles corintios reaprovechados, de los cuales arrancaban arcos de herradura, conformando un bosque de columnas que recordaba a un palmeral. Estos arcos formaban arquerías dobladas para elevar la altura del edificio, la arcada inferior de herradura y la superior de medio punto. Esta ingeniosa solución procede del acueducto de los Milagros, de Mérida. Esta primitiva mezquita fue completada por Hisham I (788-799) al levantar en el exterior del patio un alminar de planta cuadrada.

La primera ampliación de edificio religioso la llevó a cabo Abd al-Rahman II, y finalizó en el año 848. Entonces se prolongó la sala de oraciones en ocho tramos hacia el sur. Las novedades son relativamente escasas, si exceptuamos que se labraron nuevos capiteles.

La segunda ampliación fue realizada por Abd al-Rahman III y afectó al patio, donde se plantaron olivos, cipreses y laureles, y rehace el alminar.

La tercera ampliación fue llevada a cabo por al-Hakam II entre los años 962 y 966. Esta penúltima fase concentra todo el esplendor del arte califal. La sala de oraciones se abrió hacia el sur y se acabó el mihrab (pequeño niño que corresponde al lugar más sagrado de la mezquita) y la maqsura (espacio ricamente decorado dedicado al califa),  decorándose sus cúpula con mosaicos bizantinos. La monumental fachada del mihrab está compuesta por un gran arco de herradura.

La última ampliación fue realizada por Almanzor a finales del siglo X (entre los años 987 y 990). En este caso la ampliación tuvo que efectuarse hacia el ese, ya que hacia el sur se encontraba el río Guadalquivir. Se dotó a la sala de oración de ocho naves más, y el mihrab, que anteriormente quedaba centrado en las naves, pasó a estar descentrado.

La mezquita de Córdoba es una de las obras más importantes del arte hispanomusulmán. Era la mezquita mayor de la capital del Califato, de ahí su gran tamaño y suntuosidad, y las continuas ampliaciones. Llama la atención el contraste entre el exterior, austero, de ladrillo y la exquisita decoración interior, sobre todo el bosque de arcos de herradura, que tienen un enorme efecto pictórico, con su alternancia de dovelas rojas y blancas. Actualmente en su interior alberga la catedral renacentista construida en el siglo XVI.

2.3.- La ciudad palatina de Medina Azahra

Esta ciudad fue fundada por Abd al-Rahman III a mediados del siglo X en las suaves vertientes de Sierra Morena, a escasa distancia de Córdoba.  Dispone de tres áreas, una parte palaciega, otra administrativa y una última de ciudad. Medina Azahra era el símbolo del poder del califa.

Tenía numerosas dependencias (mezquita, acueducto, dependencias reales, etc.). La ciudad fue abandonada a principios del siglo XI, convirtiéndose en cantera tanto para musulmanes como para cristianos. Esta existencia efímera le dio a Medina Azahra un halo legendario.

Una de las partes más importantes es el Salón del Trono, también llamado Salón Rico. En torno a él afloraba la naturaleza a través de los jardines de naranjos, almendros, olivos, etc. En este Salón del Trono se encontraba un resumen de lo mejor del arte califal (arcos de herradura, alternancia de color, columnas de mármoles rosa y negro, capiteles de avispero, decoración de ataurique, etc.). El conjunto disponía de una amplia decoración de ataurique (vegetal), lacería (geométrica) y epigráfica (de caligrafía). Las grandes cúpulas fueron trabajadas a su vez por artistas bizantinos, destacando su lujosa decoración.


3.- Arte almohade. El arte nazarí: la Alhambra y el Generalife.

3.1.1- Introducción

A mediados del siglo XII, los almohades, una dinastía bereber del sur de Marruecos, invadieron la Península  y reunificaron Al-Andalus por un breve espacio de tiempo.

Durante este periodo surgió un nuevo arte islámico. Como característica principal este arte prescindirá de la riqueza decorativa precedente; se tenderá a una mayor austeridad y sencillez en las construcciones. En lugar de los recargados motivos vegetales del arte califal impondrán una decoración basada en redes de rombos, que reciben el nombre de sebkas. Del arte califal tomarán los arcos de herradura apuntados y lobulados. Se promoverá ahora una política de grandes construcciones para legitimar el nuevo poder; por ello se edificaron mezquitas y fortificaciones.

Sevilla se convirtió en la capital de los almohades. En ella construyeron la gran mezquita, de enorme dimensiones pero sin novedades constructivas respecto a periodos anteriores. Aunque en los primeros momentos de la conquista cristiana de la ciudad se respetó la mezquita, en el siglo XIV fue derribada casi totalmente para construir un templo cristiana. De ella queda su alminar, su Giralda. Por otro lado, también destaca en arte almohade la Torre del Oro, igualmente en Sevilla.

3.1.2.- La Giralda

La Mezquita mayor de Sevilla se edificó a finales del siglo XII. De ella sólo se conserva el Patio de los Naranjos, la Puerta del Perdón, y el espléndido alminar, heredero de la Kutubiyya de Marraquech y de la torre Hassan de Rabat, que en el siglo XVI recibiría el conocido título de Giralda por la veleta cristiana que lo remata.

Los arquitectos de la Giralda fueron Ibn Basso y al-Gomari. Ésta fue construida en ladrillo con planta cuadrada. Destaca por su escasa decoración, ya que únicamente se utilizaron paneles de sebka  (paños geométricos en forma de rombos). El interior se cubre con bóvedas de arista y tiene una rampa que sirve de acceso a los cuerpos superiores. La rampa recibe luz del exterior a través de ventanas con arcos de herradura polilabulados y apuntados. El último cuerpo, que sirve de campanario, fue añadido en el siglo XVI.

3.1.3.- La Torre del Oro

La Torre del Oro formaba parte de lo que fueron las murallas almohades de Sevilla. Fue construida en la primera mitad del siglo XIII (más concretamente entre 1220 y 1221). Su misión era impedir el paso por la ribera izquierda del Guadalquivir y controlar la entrada de navíos en el puerto.

Tiene planta dodecagonal y presenta dos cuerpos superpuestos, puesto que la linterna es un añadido del siglo XVIII. Sobre su nombre de Torre del Oro existen diferentes hipótesis. Por un lado la hipótesis que lo relaciona con la custodia del oro procedente de América a partir del siglo XVI, y por otro aquella que plantea que la torre poseía originariamente un brillo dorado procedente del reflejo metálico de los azulejos que la recubrían.

3.2.- El arte nazarí: la Alhambra y el Generalife.

3.2.1.- Introducción

Las campañas militares castellanas fueron reduciendo progresivamente los territorios musulmanes. En la segunda mitad del siglo XIII la presencia musulmana en la península Ibérica se redujo al reino nazarí de Granada.

Con la formación de este reino, surge una nueva etapa de esplendor en el arte hispanomusulmán: el arte nazarí. Sus principales características son:

  • La vuelta a la abundante decoración que se había abandonado en la época almohade. Las paredes se cubren de yeserías y de cerámica vidriada.
  • En el interior de los edificios la mayoría de los arcos son falsos, es decir, tienen una mera función decorativa; por ello se realizan en materiales ligeros, como el yeso.
  • Los arcos exteriores sí ejercen su función constructiva y suelen ser de herradura apuntados.
  • Aparece un tipo de columna característico que tiene un fuste cilíndrico muy fino decorado en la parte superior con numerosas anillas. El capitel también es nuevo: se recubre con mocárabes o con decoración vegetal (ataurique).
  • Se utilizan falsas cúpulas decoradas con mocárabes y las cubiertas de madera con decoración de lacería (geométrica).

En la ciudad de Granada se encuentran las muestras más importantes del arte nazarí. Del siglo XIV son las principales construcciones palaciegas y las creaciones más bellas y exquisitas del arte granadino. El siglo XV, sin embargo, significó la época de decadencia del arte nazarí.

3.2.2.- La Alhambra y el Generalife

La obra cumbre del arte nazarí es la Alhambra y su Generalife. Su construcción fue iniciada en el cerro de la Sabika en el año 1238, en tiempos del reinado de Muhammad I, nada más establecerse los nazaríes en Granada. Se terminó en el siglo XIV.  El conjunto de la Alhambra y el Generalife consta de varias partes: la Alcazaba, el Cuarto de Comares, el Cuarto de los Leones, el Partal y el Generalife.

Los materiales empleados en su construcción son pobres, pero se embellecen con el empleo del yeso policromado. En su interior se suceden los patios con albercas, fuentes o pozos. Alrededor de los patios se disponen las habitaciones o cámaras, tanto las de uso público como las pertenecientes a la vida privada de palacio.

La Alcazaba de la Alhambra era un patio de armas para la guarnición, situada en el ángulo más alto y saliente de la colina.

El núcleo principal de la zona palaciega de la Alhambra lo forman el Cuarto de Comares y el Cuarto de los Leones. En el Cuarto de Comares es donde se encuentra la decoración más fastuosa de todo el conjunto. El nombre que recibe pudo obedecer a los cristales policromos (comaria) que cubrían sus grandes ventanales. Posee un gran patio rectangular llamado indistintamente como de la Alberca o de los Arrayanes, que se considera la parte central del palacio.  En este conjunto también la Sala de los Embajadores y la Torre de Comares.

El Cuarto de los Leones se estructura asimismo a partir de un patio rectangular, el conocido Patio de los Leones. Este tiene pórticos en sus cuatro lados que están formados por columnas de mármol de delgados fustes que sostienen arcos peraltados de ricas y geométricas celosías. En los lados del Patio surgen los pabellones de los Mocárabes, de los Reyes, de los Abencerrajes y de las Dos Hermanas; cuyas aguas fluyen hacia el centro, donde está la fuente con doce leones (del siglo XI). En estos pabellones destacan los adornos de mocárabes, que proporcionan ligereza a la techumbre, así como el piso de mármol y las paredes que combinan alicatado y yeserías.

Parte importante de la Alhambra son también los jardines de el Partal y el Generalife. El Partal, que significa pórtico en árabe, da acceso a una pequeña cámara y a un mirador. Delante del pórtico se halla una alberca, que cumple la función de ofrecer sosiego y placidez, a la vez que refleja en sus aguas el edificio.

El Generalife es uno de los alcázares o residencias exentas del palacio real (en este caso la residencia de verano), y la mayor parte de su superficie está dedicada a huertos y jardines. El acceso al Generalife se realiza por una modesta entrada. Consta de dos patios (el de la Acequia y el de los Cipreses). En la residencia del Generalife el motivo principal son sus jardines y el abundante agua que los riega.

El exterior del complejo de la Alhambra apenas llama la atención si exceptuamos la Torre de Comares, de naturaleza defensiva, lo que contrasta con la exquisitez con la que fueron decorados sus interiores. La presencia del agua juega un papel muy importante en el conjunto de la Alhambra, ya que, además de refrescar al ambiente, proporciona una mayor perspectiva al reflejarse los edificios en ella. El conjunto de la Alhambra se completa con la construcción de un palacio renacentista, edificado por Pedro Machuca para el emperador Carlos V en el siglo XVI.