viernes, 10 de junio de 2011

La gran imaginería del barroco español

La gran imaginería del barroco español: Castilla y Andalucía. Murcia.


La escultura barroca española, realizada fundamentalmente en madera policromada, es uno de los capítulos más originales del arte español. Dado su carácter básicamente religioso, ya que su mayor parte son imágenes de de devoción (característica esencial de la imaginería), se parte del concepto de inspiración directa de la realidad y con la finalidad de despertad devoción en los fieles, conforma al espíritu católico contrarreformista de la época.

Se distinguen básicamente dos escuelas en la imaginería española del Barroco: la castellana y la Andalucía. Ya en el siglo XVIII además habrá un foco importante en Murcia con la figura de Francisco Salzillo.

En la escuela castellana es Valladolid el centro de más importante, siendo Gregorio Fernández el artista más destacado. Su arte se inspira en el estudio del natural, en su temática predomina el uso de lo patético y doloroso de la imagen religiosa. Destacan sus vírgenes inmaculadas, casi niñas, en las que la superficie quebrada del manto produce hondos efectos del claroscuro.

En Andalucía, en Sevilla, se distingue Martínez Montañés, que se preocupa por la expresión de la belleza y la melancolía, según vemos en la Inmaculada de la catedral de Sevilla y en el niño Jesús del Sagrario, también en Sevilla. También destacamos otro escultor sevillano de la época, Juan de Mesa, vinculado a Montañés.

El estilo de Montañés deriva hacia un arte más refinado y poético en la obra del gran escultur y arquitecto Alonso Cano, que en su Inmaculada de la catedral de Granada, nos da una versión idealizada que en cierta forma entronca con el Renacimiento.

Finalmente apuntar que en el siglo XVIII la influencia del arte napolitano se ve reflejada en la llamada escuela murciana, cuyo mayor representante es Francisco Salzilllo, de gran religiosidad también.